Produkzio Eszenikoen Enpresak --- Empresas de Producción Escénica

jueves, 20 de febrero de 2014

JB5.- ¿Nos compran o nos consumen?

Artikuluaren oinarrizko proposamena / Propuesta base del artículo: 
Ante la reducción del circuito de exhibición público, se propone una reflexión sobre qué posible estrategia podemos abrir considerando el mercado público actual caracterizado por la existencia de un consumidor primario (los responsables teatrales) y un consumidor secundario (los públicos). Se interroga sobre nuestra posibilidad de actuar en el terreno de la exhibición de nuestros propios espectáculos.
Artikuluaren testu osoa / Texto completo del artículo

Esta es una nueva entrega sobre las particularidades del mercado teatral y nuestra operatividad en él, otro paseo por esa delgada línea de demarcación que es el punto de encuentro oferta/demanda.
Quienes aún disfrutéis de buena memoria –no siempre es mi caso- recordaréis una pregunta que iniciaba la reflexión estratégica de Eskena en el año 2008: ¿Pero, quién es nuestro cliente, los teatros o los públicos? Más allá de su aparente simplicidad, la respuesta frecuentemente vendrá condicionada más por la práctica concreta de quien la responda que por la estricta objetividad. ¿O quizás al revés, y la práctica concreta de quien responda resulta coherente con la respuesta que una compañía ha formulado previamente, tras un diseño estratégico? En todo caso, parece importante para cualquier oferta dilucidar a quién va dirigida, pues las maniobras necesarias de comunicación y provocación de la venta pueden ser bien diferentes según los clientes destinatarios. Quizás, la Biología pueda ayudarnos gracias a su exposición de la cadena trófica en la cual, además de los productores (vegetales), enumera diferentes consumidores (primarios, secundarios, etc.). Análogamente, nuestra producción es consumida por unos clientes primarios, los responsables de las salas, que se definen porque ser quienes poseen la decisión de compra. En nuestro territorio esta decisión de compra es la que determina definitivamente la posibilidad de una actuación, y el caché es el instrumento de intercambio principal. Siguiendo la cadena, aparece un cliente secundario, que sólo accede a los ‘nutrientes’ de la producción a través del cliente primario: es el público, los espectadores/as que ejercen su decisión de consumo, a través de su asistencia y el pago de la entrada. Planteado en términos mercantilistas (somos sociedades mercantiles) y olvidándonos ahora de las pasiones y artes que mueven nuestros trabajos, creo que éste es un esquema simple pero sugerente para seguir analizando nuestro mercado / hábitat teatral. Así pues, podríamos considerar que hay un mercado primario, el de los responsables teatrales. Es mayoritariamente público, un oligopsonio que es, según la Wikipedia: “del oligos (poco) y psonio (compra), una situación de competencia imperfecta que surge en un mercado donde existe un número pequeño de demandantes en los cuales se deposita el control y el poder sobre los precios y las cantidades de un producto en el mercado”. En nuestra geografía, al no existir –salvo muy honrosas excepciones- teatros de iniciativa privada, éste es el único mercado al que puede acudir el cliente secundario, el público espectador, para ejercer su decisión de consumo más o menos directamente del productor. Es momento de puntualizar que esta descripción, concisa y un tanto caústica, no implica un juicio sobre lo que de bueno y malo (que de los dos hay) tiene el actual modelo, ni sobre los profesionales públicos que operan en él. Ello requeriría un ejercicio crítico diferente compartido entre las partes. Así pues, la imagen no muestra un juicio a priori, pero sí el terreno donde se están tensionando todas las fuerzas que conformaban el equilibrio inestable en el que hasta ahora hemos aprendido a movernos. Sabemos que hay un cambio en marcha que afecta ya a los usos y hábitos de producir y vivir las actividades culturales. Un cambio progresivo del modelo de acceso que tiene sus orígenes en la ya quincuagenaria democratización cultural, que parece puede acabar siendo borrada del mapa por la ciclogénesis económica actual. Es un ciclo en declive que creará otras formas y oportunidades pero que, en lo que se refiere al mercado teatral, nos permite hacer una afirmación: No se atisban expectativas de crecimiento del circuito público vasco para las compañías de Eskena. Por un lado, Sarea tiene ya uno de los mejores ratios de salas por habitantes y es el segundo circuito estatal en lo que a inversión por habitante se refiere (ver gráficos). Por otro, parece confirmarse como tendencia la doble pinza de competencia para nuestras compañías: - En lo profesional, Sarea valora positivamente el teatro español. Es una competencia muy importante cuantitativa y cualitativamente, con ofertas económicas a la baja. Ya en 2010 un 42% de las producciones exhibidas eran foráneas de EH (La Red). Y no olvidemos que son más de 3000 las compañías teatrales no vascas, de ellas 150/200 (5%) altamente competitivas -152 recibieron ayudas a giras de INAEM-. - En lo no profesional, la programación en ‘clave vasca’ (euskara, producción local, cultura propia, etc.), es cubierta aproximadamente en un 30% por la oferta no mercantil y el pequeño formato. Estos son perfiles del mercado primario en la CAE, con varios retos para las compañías de Eskena. Para desenvolvernos dentro de él siempre hemos destacado como líneas principales de trabajo la imprescindible apuesta por la calidad de nuestras producciones y el incremento de audiencias. ¿No ha llegado el momento de intervenir también en los condicionantes de la exhibición? Son dos movimientos diferentes: - Decisión de compra. Dado que los programadores no son empresarios privados sino que gestionan dinero público en función del bien común, como agentes que somos ¿deberíamos tener algún grado de colaboración, influencia, control, asesoría o co-gestión en las programaciones? ¿Somos las compañías competentes para promover fórmulas de participación o incluso reclamar cesiones administrativas sobre los bienes públicos que son los teatros si éstos estuvieran objetivamente mal gestionados, o no es nuestra tarea? - Decisión de consumo. Hay muchas prácticas exitosas de comercialización que apuestan por que los productores sean los propios vendedores de sus bienes o servicios. Quizás deberíamos incluir en nuestras preocupaciones estratégicas el abrir espacios propios para exhibir nuestros espectáculos directamente. No es fácil y la cautela debe imponerse, pero sin duda esto daría oxígeno a un mercado cada vez más comprimido. Inicialmente en las localidades más pobladas, tener salas de gestión propia nos permitiría explorar fórmulas con un estilo e implicación diferentes, quizás sirviendo de referencia o contrapunto a lo existente. Nos situaría directamente delante de nuestros públicos destinatarios. Y solo la rutina puede defender que el dinero público únicamente pueda gestionarse desde lo público - de hecho no es así. ¿Dónde acaba el territorio de nuestra acción?

Mintzagaiak zabalik / Hilo abierto

JB4.- ¿Que veinte años no es nada?

Artikuluaren oinarrizko proposamena / Propuesta base del artículo: 
Se propone la posibilidad de poner en marcha un proceso de acercamiento a un colectivo de compañías más o menos estables que están activas en la producción y exhibición escénica vasca  y con el que no tenemos apenas relación y sí un importante muro de desconocimiento mutuo. Se afirma que en un plazo corto-medio sería beneficiosa la renovación de  la masa social de Eskena a fin de poder seguir cumpliendo un papel de liderazgo dinamizador e interlocución del sector. 
Artikuluaren testu osoa / Texto completo del artículo

El próximo año Eskena cumplirá veinte años desde su constitución. Fue aún anteayer cuando cumplimos quince: lo celebramos entonces e hicimos memoria de cómo y por qué fue. Por eso no cabe ahora insistir sobre ello, aunque sí constatar la imprescindible utilidad de esta asociación para el desarrollo que ha conocido el sector teatral durante este tiempo en cuatro campos clave:

-     El establecimiento y definición del terreno donde debe desarrollarse la buena práctica profesional y legal, no sólo de las compañías/productoras sino del conjunto de la actividad escénica.
-     Su consolidación como agente necesario, interlocutor y consultivo para una acción coordinada con los demás agentes y los mediadores públicos.
-     La apertura de espacios de conocimiento, inteligencia y capacitación  compartidos en el conjunto del sector para una dirección más experta de nuestra actividad teatral.
-     La solidificación de un colectivo empresarial aglutinado, auto regulador de sus tensiones naturales y más solidario, que ha minorado en mucho la atomización que suele generar la competencia artística.

En resumen, para satisfacción del conjunto de compañías asociadas a Eskena, y más aún de sus fundadoras, ¡de algo sirve este empeño común, no exento de esfuerzos y desazones, cuando el 57% de sus socios lleva ininterrumpidamente más de quince años y el 71,5% más de 12!

Para mirar ahora al futuro –el sitio donde vamos a pasar el resto de nuestra vida, que decía Woody Allen- entre otras preguntas estratégicas es necesario pensar en ¿cuáles son las cualidades que se esperan de Eskena para mantener su papel referencial? Hay más, pero tres destacan:

-     La capacidad de catalizar la importantísima experiencia acumulada en este colectivo organizado (sumamos 2421 años entre todos los propietarios) en una reflexión generadora de discurso e ideas.
-     La capacidad de interlocución, de representación del sector.
-     La capacidad de acción, de diseñar y ejecutar proyectos.

De las tres, dos interesan a este artículo:

-     La capacidad de interlocución es un reconocimiento otorgado por los demás, no es un poder, es un atributo merecido, la ‘autoritas’ romana. No se lo arroga uno, se hace merecedor de ella en base a tres virtudes:

o     La inteligencia que posibilita un juicio contrastado en base al profundo conocimiento no sólo del sector que ya está en Eskena, sino del conjunto, es decir, también un conocimiento extramuros de la propia Eskena.
o     La influencia, la facultad para modelar opinión en los demás, considerando a los demás como todos, de nuevo no sólo Eskena. De ahí se derivará su posibilidad de liderazgo intelectual y dinámico.
o     Su ‘campo gravitatorio’, la afiliación, un valor numérico, tangible que da cuenta objetiva del espacio que ocupa en el sector.

-     Igualmente, se esperará la capacidad de acción, la operatividad para pasar de las palabras a los hechos. De la misma manera que la energía potencial puede convertirse en cinética, la fuerza del movimiento de Eskena dependerá en buena manera de su entusiasmo, de su motivación y quizás de alguna emoción más: todas ellas se mantienen vivas con la renovación.

Y llegados aquí, nos paramos un momento bajo el ‘conócete a ti mismo’ grabado en aquel dintel de Delfos. Veinte años nos han hecho mucho más sabios, hemos tenido el privilegio de dedicarnos a nuestra vocación y seguramente lo mejor que hemos hecho es lo siguiente que haremos.
Por nuestra parte, hemos hecho estos días un boceto rápido de lo que somos Eskena. Al final encontraréis unos diagramas de resultados, de los que extraigo algunos datos interesantes:

-     Somos 21 empresas y 47 empresarios/as. 60% hombres y 40% mujeres. Nos hemos reducido un 12,5% desde hace cinco años.
-     Hay tres tipologías de empresas según la relación de los propietarios: Familiar (tres son ‘familiar ampliada’), colectiva y unipersonal. El peso de la tipología familiar es el más importante: 55,3% de los propietarios y el 57,14% de los votos de la asamblea
-     Inusual pirámide de edad: de los 45 hacia abajo es escasa, irregular, atípica.
-     La edad media actual del conjunto es de 51,5 años. En 1995 la edad media al entrar fue de 35 años; la de las cuatro compañías incorporadas en los últimos 5 años, 48,4 años. La global de afiliación ha ido aumentando de aquellos 35 a los 39,5 actuales.
-     El 58% de la edad acumulada está en las compañías con más de 15 años de afiliación.
-     Parece inducirse una cierta relación entre reducción de empresa  y aumento de edad  (tendencia de colectivas a unipersonales a medida que aumenta la edad).
-     En un período de 10 años se habrá jubilado (65 años) el 35%. En quince, el 43%.

En los próximos años, a los problemas habituales que conocemos se añadirá un insólito elemento: el ciclo de nuestras vidas profesionales. Sin tremendismo pero con sí con positivismo: de no alterar la tendencia seremos paulatinamente menos, con una experiencia muy ceñida a nuestro tempo –que no es el único del sector-, con menor capacidad de acción y menor capacidad de interlocución. Peligro.

Una organización como Eskena debe de tratar pervivir a sus creadores. Y pensando exclusivamente en el breve plazo, podemos evidenciar debilidades ante el sector e instituciones. Por eso quizás deberíamos empezar a considerar ideas como renovación, abrir espacios, porosidad, ósmosis,…
¿Qué hay fuera de nosotros? Conocemos mal lo que hay a nuestro alrededor, lo… ¿emergente?, los que no pueden-no saben-no ven la necesidad de hacerse empresa; los que en ocasiones nos identifican como una élite inaccesible y privilegiada: ¿no debemos atraerlos a nuestro campo gravitatorio para darles la oportunidad de que entiendan nuestros porqués y nuestra experiencia, nos enriquezca el intercambio y por su parte recibamos nueva energía, visión y quizás nuevos lenguajes? ¿No necesitamos crecer con lo que de renovador surja?
En uno de sus aforismos Nietzsche decía que “vivir significa: ser cruel e implacable contra todo lo que en nosotros se hace débil y viejo, y no sólo en nosotros”. Con cada hoja de calendario, el ‘renovarse o morir’ va cobrando significación en nuestro caso y nuestro tiempo.

¿Queremos meternos a ello?

Jasotako balorazioen batezbestekoak/ Medias de las valoraciones recibidas:

·     Participación: 5 respuestas (20%)
·     Gaiaren garrantzia / Importancia del tema: 7,2
·     Debemos comprender la renovación como necesidad estratégica de Eskena.: 7,4
·     Es interesante organizar una jornada de encuentro entre compañías de Eskena y colectivos más o menos heterogéneos y desregulados empresarialmente, pero activos en el sector. : 7,2
·     Es interesante abrir una modalidad especial de afiliación a Eskena para estos nuevos colectivos.: 7,2

Jasotako erantzunak / Respuestas recibidas:
1.- "Sí, sin duda... Están surgiendo muchas compañías jóvenes muy interesantes para los que somos ""elefantes"" de otra época...  El intercambio de conocimientos y experiencias sería beneficioso para las dos partes.
Apostamos por la apertura!"

2.- "Interesgarriak iruditu zaizkit estadistikak eta gogoeta. Nire ustez entitate jurikoa duen guztia egon daiteke eskenan (honek ahalbidetzen ditu kontratazioa eta fakturazioa) . Gainera forma juridiko guztiak izan behar lukete eskenan egoteko aukera, nahiz eta batzuk, une honetan ezin dituzten ekoizpenerako diru laguntzak jaso (Elkarteak, fundazioak).
Eskenan jende berria nahi badugu ez dugu ahaztu behar zein den egoera ekonomikoa une honetan, eta zeinen konplexua den orain enpresa bat sortzea. Ez dugu ahaztu behar gainera enpresa berrientzako diru laguntzak jada ez daudela...
Eskenatik kanpo dauden ""Taldeek""... zein forma juridiko duten, nola fakturatzen duten eta abar aztertu behar genuke.
Niretzat gauzak legez (ss, ogasuna...) egiten dituen guztia Eskenan egon daiteke)"

3.- Creemos que es importante pasar el testigo de nuestro conocimiento y experiencia a otras generaciones para no caer en el ombliguismo, pero este proceso de asomarse a la realidad de otros no puede impedirnos el que a la vez lo que nos preocupe sea la pervivencia de las estructuras que ya existen y la garantía de que lo sigan haciendo en las condiciones más dignas. Debemos hacer un esfuerzo por encontrar lo que tenemos en común con todo el sector de las artes escénicas dentro y fuera de Eskena, adaptándonos a nuevas fórmulas que ya estén en vigor pero sin por ello sacrificar nuestros legítimos intereses adquiridos en más de veinte años de trayectoria.

4.- "RENOVACION es lo que el tiempo actual nos exige a las compañías de Eskena  y a sus responsables. No importa nuestra edad. Si los agentes que hemos empeñado nuestra vida profesional y personal en el desarrollo asociativo sobrevivimos a la crisis estaremos en condiciones de velar por el relevo generacional,
 No hay que olvidar este tema, nosotros lo intentamos tener muy presente en nuestro día a día, pero ahora nuestra energía se concentra en reinventarnos y sobrevivir con un proyecto artístico y empresarial digno.

Mintzagaiak zabalik / Hilo abierto

JB3.- Lo nuestro ¿es arte?

Artikuluaren oinarrizko proposamena / Propuesta base del artículo: 
Se propone recoger una idea que de vez en cuando surge sobre la conveniencia de promover una marca que identifique una manera de producir teatro en el marco de valores, calidades y buenas prácticas que Eskena defienda. Ello podría suponer una ventaja competitiva con respecto a otras formas de producción desreguladas, intrusistas o que no respeten los condicionantes legales y socio laborales que son comunes a las empresas. Por debajo discurre un debate sobre la naturaleza artística y cultural de nuestro trabajo teatral y la posibilidad o no de objetivarlo con criterios positivistas.
Artikuluaren testu osoa / Texto completo del artículo


Una de las respuestas al artículo 2 afirmaba rotundamente que nuestra actividad era Arte y que, por consiguiente, no podía establecerse un paralelismo con cualquier otro tipo de actividad productiva.
Abstrayéndola de este contexto, inicialmente parece interesante detenerse en la naturaleza de nuestro trabajo: Lo nuestro, ¿es arte? ¿Cabe la posibilidad de objetivar lo artístico?
Esto requeriría partir del interrogante sobre qué es el arte y enunciar una definición que recogiera fenomenología y categorías de referencia para poder confirmar que, en toda ocasión, un trabajo teatral es una obra artística.

Pues bien, más allá de su origen etimológico, “facultad, habilidad técnica o destreza para hacer algo”, el techné griego, este intento de determinar el concepto de arte ha sido uno de los problemas centrales de la estética y ha recorrido el tiempo de Platón a Gadamer, interesando el pensamiento de, por resaltar algunos nombres imprescindibles, Descartes, Hume, Kant, Hegel, Engels, Nietzsche, Schopenhauer, Marx, Foucault, Eco o Vattimo entre otros muchísimos. Y esto por no citar a ninguno de los innumerables teóricos y/o artistas que han reflexionado desde intramuros del arte o del propio teatro. El conjunto de esta producción intelectual es apasionante, abrumador. Sin embargo, podríamos afirmar la imposibilidad conceptual de formular una definición comprensible, universal e inmutable del Arte siempre en permanente mutación. Por el contrario, en el remolino de la posmodernidad actual podemos encontrar disparidades tales como: “Arte es todo lo que el hombre llama Arte” (Dino de Formaggio) o “ha llegado a ser evidente que nada en el arte es evidente”, del mismo Adorno que enuncia que “todas las obras de arte y el Arte mismo son enigmas”. Mientras que Goodman afirma que la obra de arte, considerada como lenguaje, “es una búsqueda sin fin” e incluso reconoce la imposibilidad de distinguir entre las experiencias estéticas y las que no lo son, el más funcional Ernst Gombrich proclama a bocajarro que: “no existe, realmente, el Arte. Tan sólo hay artistas”. Quizás debamos pues, no pretender categorizar automáticamente nuestro trabajo  como arte y poner más bien el acento en si nuestra intención es realmente la del artista.

Mientras los animales permanecen en suspenso histórico obedeciendo sólo al dominio de la biología, el ser humano pretende comprender y actuar sobre su propia vida y sobre lo que existe en la naturaleza. Para ello, ha refinado códigos complejos de comportamientos, signos y modelos de pensamiento a los que llamamos culturas y que encuentran en el lenguaje expresión y nuevas posibilidades de conocimiento. El sapiens alcanza así la competencia de juzgar en base a un corpus de saberes y principios éticos, estéticos… Pero ella sola no le bastaría al ser humano para actuar si no dispusiera de un sentido innato de la calidad, ‘de pretender mejorar el mundo y mejorarse’, según René Huyge. Es ésta calidad distintiva que solo reside en la sensibilidad y el entendimiento del ser humano a lo que llamamos, en palabras de arte, la “belleza”. Conocimiento y calidad, pensamiento y belleza: he aquí el territorio del arte; solo quienes se adentren en él merecerán en rigor ser reconocidos como artistas por el público y sus coetáneos artísticos.

Al contrario, resulta incuestionable el confirmar al teatro como un hecho de cultura pura, un relato de simbologías, conceptos y significados que promueve sociedad. Tampoco caben dudas para afirmarlo como producto de la creatividad humana, aunque deberíamos considerarla de forma correcta. Según Paul Bohannan, la creatividad supone dos cualidades especiales, fáciles de exponer, difíciles de hacer:
1.    Atreverse a cuestionar el programa estandarizado que la cultura proporciona para hacer las cosas (y esto sólo resulta posible para quien comprende a fondo su cultura).
2.    Extraer ideas de un concepto y trasplantarlas a otro (recontextualización)

En nuestro contexto, este ejercicio cultural que es la práctica escénica tiene lugar principalmente en una cadena de mediación con eje en el mercado, un encuentro de oferta y demanda que regula la aceptación o no de la producción. Es aquí donde la obra será juzgada en función de su naturaleza artística o no; su calidad, su capacidad de mejorar el mundo o no; su belleza, la elevación o no de su pensamiento; su creatividad o convencionalismo, su facultad para provocar una experiencia compartida lúdica, placentera, sensitiva, emocional, alumbradora, racional…

En este espacio de mediación que son en general los mercados de competencia es habitual la categorización, el etiquetado de los productos ofertados para una mejor y más rápida apreciación de sus cualidades previstas por parte de la demanda. Sean bienes o servicios, son usuales Q-es de calidad, normas ISO, estrellas michelín, denominaciones de origen, certificados eco, sellos bio, labeles de trazabilidad…

Un sello, una marca, es una herramienta de diferenciación en el mercado, una posible ventaja competitiva. Señala, además, un estándar de buenas prácticas que finalmente afecta al conjunto de productores y orienta el interés de la demanda. Ahora bien: ¿Es extrapolable a nuestro mercado teatral esta herramienta, o sea, un sello que identifique una determinada forma de teatro profesional ‘escogido’? Ello requeriría una cierta objetivación sobre la cualidad de la obra teatral y su proceso de producción, así como la designación del propietario de esta resbaladiza tarea y la técnica adecuada a emplear.

En la brevedad de este artículo tan sólo se abre una sugerencia sobre la posibilidad de reflexionar sobre ello en la producción escénica, que se sitúa en un limbo entre el intangible enigma de lo artístico, la fría práctica empresarial y el coherente aprovechamiento de los dineros públicos. Se afirma, preliminarmente, la posibilidad de un grado suficiente de positivismo, de objetividad, quizás no sobre lo puramente artístico, pero sí en lo que tiene de ejercicio cultural, creativo y productor. Sin olvidar, por otro lado, que también en el terreno estricto de lo artístico existen manifiestos -dadaístas o Dogmas 95,  escuelas, movimientos u otros sellos ‘de interés cultural’ que califican y definen la obra artística.


Si tras vuestros comentarios pensamos que podemos responder afirmativamente a la pregunta, en un nuevo artículo abriríamos una segunda parte de mayor concreción propositiva.

Jasotako balorazioen batezbestekoak/ Medias de las valoraciones recibidas:
·        Participación: 4 respuestas (16%)
·        Gaiaren garrantzia / Importancia del tema: 6
·        Un sello de selección sería una herramienta útil de diferenciación competitiva: 5
·        Podemos hacer un determinado tipo de juicio objetivo sobre la obra teatral : 6
·        Merece la pena estudiar una propuesta de criterios de selección para este sello: 5,25

Lotura jasotako erantzunera / Acceso a las respuestas recibidas:
No despierta el interés suficiente como para continuar abierto al debate.

Mintzagaia itxita/ Hilo cerrado